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Los edificios inteligentes aportan personas inteligentes

Para crear el mejor clima interior posible tenemos que ser capaces de medir y regular según los valores más importantes para el bienestar y el rendimiento individual, algo que es posible en un edificio inteligente, donde se dan todos los requisitos previos para garantizar un buen clima interior. 

Tu bienestar afecta a la economía

El clima interior y la productividad están fuertemente vinculados.

Con la ayuda de las funciones inteligentes del edificio inteligente, el clima interior puede adaptarse y regularse en función de las personas que se encuentran en él y contribuir al ahorro económico.

Merece 100 veces más la pena optimizar la productividad de las personas que trabajan en las instalaciones ofreciendo un clima interior perfecto que ahorrar energía y renunciar a ella. Un buen clima interior contribuye a un gran ahorro en forma, por ejemplo, de reducción de los costes de las bajas laborales.