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Usuarios e interiores

¿Por qué tenemos sistemas de ventilación, refrigeración y calefacción?

Es esencialmente la fisiología humana la que dicta el clima interior deseado, en el que se centran nuestros criterios de confort y salud. En esta guía, repasamos una serie de aspectos clave de la climatización interior y ofrecemos nuestros consejos sobre soluciones inteligentes que facilitan el cumplimiento de los requisitos de un determinado sistema, antes, durante y después de la instalación.

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¿Qué factores influyen en el clima interior?

 

Clima térmico

Este es el único factor que generalmente tiene el mayor impacto en el clima interior percibido. A su vez, influye la generación de calor y a través de la radiación a las superficies circundantes, la convección al aire ambiente y la evaporación de los líquidos. Dependiendo del nivel de actividad de los ocupantes y del tipo de ropa que lleven, una determinada temperatura ambiente se percibirá de forma diferente. Tener en cuenta estos factores a la hora de planificar el sistema de climatización interior es importante para identificar una solución eficaz, pero en última instancia también es crucial poder adaptar la solución elegida a los cambios posteriores de los inquilinos. Esto requiere productos altamente adaptables que puedan satisfacer la creciente demanda de flujo de aire y refrigeración, por ejemplo.

 

Ambiente acústico

El sonido puede generarse de muchas maneras en un sistema de aire acondicionado y puede causar molestias en el momento o incluso ser un riesgo para la salud a largo plazo. Con las ideas y los productos adecuados, este problema también puede resolverse. Cualquier ruido puede minimizarse en su origen y atenuarse si se produce.

 

Luz

La luz natural que entra en un interior a través de las ventanas es probablemente la que proporciona gran parte del factor de bienestar, pero suele ser necesario complementarla con algún tipo de iluminación artificial para poder trabajar a todas horas. Los grandes ventanales son cada vez más populares en las últimas décadas. Y la radiación solar puede proporcionar una valiosa energía, sobre todo en las orientaciones sur en primavera y otoño. Por lo tanto, es esencial utilizar programas de simulación para determinar las cargas térmicas adicionales y tomar medidas como el sombreado.

 

La humedad relativa

Una humedad relativa demasiado alta o demasiado baja puede afectar al confort y a la salud. Un clima interior demasiado seco, por ejemplo, puede provocar la sensibilización de las membranas mucosas y aumentar la tasa de bajas por enfermedad entre los ocupantes. Por el contrario, un clima interior demasiado húmedo puede provocar la aparición de mohos, bacterias, etc. Un sistema de aire acondicionado que controla la humedad del aire con sensores a nivel de la habitación y, a través de la unidad de tratamiento de aire, controla eficazmente la humedad del aire de suministro con la ayuda de un rotor de sorción, por ejemplo, favorece la salud humana, a la vez que es energéticamente eficiente.

 

Calidad del aire

La esencia de un sistema de ventilación es eliminar los contaminantes del aire que inevitablemente se producen en un espacio ocupado. La medición del contenido de dióxido de carbono da una buena indicación del grado de ocupación. Una medida alternativa, o complementaria, es el nivel de compuestos orgánicos volátiles (COV), que también indica otros tipos de contaminantes procedentes tanto de las personas como de los objetos, como los muebles y los materiales de construcción. A partir de estos datos, el sistema de ventilación puede ajustar el flujo de aire. Con un sistema maestro bien desarrollado para la ventilación controlada por la demanda, es posible garantizar una calidad de aire saludable con un consumo mínimo de energía.

 

Velocidad del aire

Las personas perciben la velocidad de un flujo de aire de forma diferente en función de su turbulencia y temperatura. Para facilitar la planificación del espacio, se ha definido un valor umbral para la velocidad máxima del aire permitida en la zona de ocupación, a saber, 0,15 m/s. Un principio físico útil para aplicar en este contexto es el conocido como efecto Coanda, un fenómeno aerólico específico del soplado o la difusión del aire cerca de una pared horizontal como un techo. El flujo de aire "sigue" el techo en lugar de provocar corrientes de aire en el centro de la habitación. Con productos de diseño inteligente, es posible optimizar el volumen de aire suministrado a un interior. Los difusores de aire con discos y módulos de confort permiten ajustar la distribución del aire en función de la disposición de la sala y garantizar que el aire de impulsión se mezcle sucesivamente con el aire de la sala para alcanzar una temperatura de confort, y que se detenga para no perturbar el clima de la zona ocupada.